Y DIJE QUE LA AMABA.
Le dije que la amaba,
cómo se ama la vida,
pero todo se acaba…
Es un tiempo si medida.
Aun siendo consentida,
no decide su lapso final,
y por audaz o atrevida,
su partida… Es natural.
Le dije que la amaba,
talvez… Ya sin tiempo,
y pensé, no escuchaba,
como suspiro y aliento.
Fue su silencio tardo,
y mustios sus labios,
su mirada cual dardo,
esbozó amargo resabio.
Fue su desprecio dado,
de un juego sin suerte,
más frío que la muerte,
sobre un jugador osado.
Autor: Víctor A. Arana.
(VÍCTOR SANTA ROSA.)
Mayo 26 del 2025.