Un frenesí de pasión
al verla se desataba,
ella solo me miraba,
era fuego su expresión.
Sus ojos la delataban,
era un volcán de deseos
que, unidos a sus jadeos
hasta la piel, me erizaban.
Vivo su sensualidad
con anhelo desbordante,
esa emoción excitante
me libera la ansiedad.
Con un suspiro me llena
todo, alcanza dimensión,
lo mío es adoración,
lo absurdo vale la pena.
Concupiscente, me enfrento
a un éxtasis vehemente,
con un corazón ardiente
que, de amor está sediento.
Classman