María José Irigoyen

Muerte Perpetua

 

Algunas niñas ya vienen muertas

Francisco Ruiz Udiel

 

Aún en el ruido de la felicidad

echo andar la vaga ilusión

de la prematura muerte.

Deposito en el hueco descerebrado

la idea de alcanzar serenidad incinerada.

Al menos en el más aquí

sigue igual como allá de triste

del lado de Caronte que espera en la barca

atento de ver quién ahora montará.

El fuego consumidor de ahora

no es más que un simulacro

de lo que está por venir.

Siento angustia y pena

aún en el ruido de la felicidad.

Aterrizadas son las horas en las que apenas existo.

Lo pienso siempre

estas piedras

que llenan la cabeza hueca

no hacen más que pensar en ella.

Puntos negros nublan mi vista

y el fuego que apenas existe

sigue siendo un simulacro

de por vida

de la muerte perpetua.