Los pensamientos me besas
con esos tus ojos cariñosamente,
el alma me acaricias
con esa tu vos melosamente;
sin distancia me confiesas
que no habrán días de tenebrosidad
y las oscuridades se volverán días
con la luminosidad que emerge
del fuego de nuestras almas uniéndose,
y así unificadas entre las llamas
-del amor que se eterniza-
jamás serán devoradas;
en las paredes de nuestro recinto
escribo marcas de amor
para que las sigas, al mismo tiempo
que yo voy siguiendo las grafías
que del mismo modo has marcado,
y es así, dentro de nuestro castillo
-en el cual nos amamos-
yo aguardo a que siempre me expreses
-desde cada rastro que se perpetúa-
que anhelas -como yo-
estar siempre junto a mi lado
siendo ambos solamente uno,
fuertemente unidos
y que estando así,
sin duda todos nuestros anhelos
de supra-naturaleza serán cumplidos.