Cullera

Cuando el amor se escapa

¿Cómo escribir poemas de amor cuando el amor se nos escapa?

Cuando lo das todo y no tienes nada, cuando te entregas por completo creyendo ser parte de una historia, y descubres que solo fuiste un punto y aparte. Una pausa en la página de alguien más.

 

Estás, pero no estás.

Tu presencia es sombra, es eco, es aire que se desvanece en un cuarto vacío. No esperas respuestas ya no porque no las desees, sino porque sabes que no llegarán. Y así, lo único que pides es paz. No promesas, no retornos: solo una brisa que calme este incendio que ya no alumbra, sino consume.

 

El alma se arrastra en silencio, rota pero viva.

Y en ese silencio, cuando ya no queda ruido, algo empieza a brotar. Una raíz pequeña, casi invisible. No es amor aún. No es alegría. Es algo más leve, más profundo: es esperanza.

Una fe sin nombre, sin causa, sin garantía. Una certeza que no grita, pero que respira.

No, la soledad no es muerte.

Es semilla.

Y en ella germina, sin prisa, esa tranquilidad que tanto buscabas.

La paz no llega como final de un cuento, sino como una página nueva, en blanco.

Y en ella, tú.