En tu alma, Dunia, un vasto universo florece,
un jardín de luz donde el amor nunca perece.
Eres madre ejemplar, guía de dulce pasión,
con manos que sostienen el pulso del corazón.
Tu ternura es un río que nunca se cansa,
tu abrazo, un refugio, tu risa, esperanza.
Mujer de espíritu fuerte, sin igual en su andar,
tu luz es faro eterno que sabe iluminar.
En cada gesto tuyo, un arte sin medida,
melodía que embellece la trama de la vida.
Eres canción y verso, un sueño hecho realidad,
la sinfonía perfecta que llena mi verdad.
Hija entregada, noble, con alma de bendición,
cumples cada misión con pura devoción.
Conoces la entrega, la entrega sin condición,
en cada paso tuyo late un gran corazón.
Persona sensible, humana, esencia de bondad,
comprendes el mundo con profunda humanidad.
Tu voz es refugio, tu abrazo es verdad,
un faro en la noche, pura claridad.
Por todo lo que eres, por tu inmenso valor,
eres música, poema, arte y amor.
El regalo más grande que la vida me dio,
Dunia, mi dulce Dunia, mi eterno corazón.