Cae la tarde cumpliendo con su rutina,
el sol inmutable se esconde en la distancia,
llega mansamente la penumbra…
y el crepúsculo se enreda en el paisaje,
las olas visitan la ribera con su escarceo,
humedecen la costa con su caricia…
mojando mis pies descalzos.
Yo con la mirada establecida en el horizonte…
contemplando al último velero de la jornada…
antes de las tinieblas que arropan con su negrura la esplendente noche.
Pienso mientras miro fijamente…
me dirijo a mi inconsciente…
buscando alguna respuesta…
que de contestación a tanta nostalgia…
la que me es habitual desde hace tiempo.
Me acostumbre a indagar en mis adentros…
con la complicidad de la marea…
atrapada en la añoranza.
Tengo tu imagen marcada en mi memoria,
tú emergiendo de las aguas trasparentes…
anegando de fantasía mi leyenda.
Yo en la playa…insistiendo en esperarte,
uno tras otro…en cada ocaso,
suplicándole a la inmensidad del mar…
me conceda el milagro de conocerte.