En Jalisco
relinchan los caballos,
jinetes mexicanos con lazo
clavados a la silla,
guerrilleros y combatientes
hijos de la dehesa salmantina,
un pacto de sangre
en lazos familiares.
Tradición y orgullo,
arde el fuego,
toro bravo, ojos negros,
encinares y pastos,
trufa blanca de tierra,
riachuelos cristalinos,
comuneros de Castilla
pura casta de hombres,
botón charro de celtiberia,
símbolo protector
para las cicatrices del pasado
y un legado de futuro
en Jalisco y Salamanca.