Mil perdones por esta ausencia.
Cambios en mi vida me han llevado
de Madagascar a Libia,
donde un nuevo sueño de esperanza
y un combate interno
me han alejado de mi pluma.
Son estas poesías,
con sus líneas, con sus trazados
y con su luz,
las que me permiten permanecer
vivo entre los muertos
y cuerdo entre los vivos.
Son sus aplausos silenciosos
y sus gratitudes escritas
las que me ayudan cada día.
Muchas gracias a todos.