Te levantas con las manos llenas de palabras
que empujan para ser escritas.
Hablan de todo lo que respiras y no pronuncias.
Eres ese puñado de letras
que nunca supiste que tenías.
Ese es tu aliento, también tu amor,
un tierno amor de colorines
que cabe bajo un paraguas.
Frases que se destruyen y recomponen en un bucle sin fin
empapadas de todo lo vivido.
Con ellas naces y también mueres.
Versos que fueron mármol hoy son arena.
Como ave fénix renaces en otras letras.
Son un aroma de ti que no conoces
y que te empuja a escribir