El tiempo vuela.
Lo sé y soy consciente.
Es ley de vida.
Ya queda poco.
El tren que va llegando
está muy cerca.
Pero no importa.
Disfruta de las flores
en la estación.
Y de este cielo,
azul, sobre las vías,
que ahora se ve.
La luz y sombra
hoy deja filigranas
en los andenes.
Miradas vivas
de niños y mayores
que en él esperan.
Y tus latidos
que marcan, con su ritmo,
una canción.
Porque, en las venas,
se crea poesía
hasta el final.
Tiemblas, entonces,
y das gracias al cielo,
por este instante.
Y por la vida,
bebida día a día,
que te han prestado.
¡Todo es hermoso,
la vida y sus misterios
son un poema!
Rafael Sánchez Ortega ©
20/05/25