Que de mis nobles y correctos pasos brote la miel
que empalague los caminos del bien.
Que sea esa asquerosa dulzura la que deje las machas que buscaran las moscas hambrientas de algo que no sea mierda.
Que sean mis pies los que aprendan a caminar descalzos que las huellas de sangre me muestren el camino andado que las moscas se embarren de miel y sangre y luego esas mismas moscas manchadas de mi sangre, de mis pasos, de mi mugre se paren sobre la comida de los que comen sin hambre.