angelinho

Clara Alba

Nevada, cándida, muy sosegada,

piel que de pura luz es proveniente

agrava el sentimiento tan presente,

que ninguna palabra es encontrada.

 

¡Dorada cabellera que es dorada!

ondeante y azucena se siente,

bien que rutila cuando es conveniente,

tan aurífera que es exagerada.

 

¿Qué tan prendado puédome quedar?

Solo, por simples amarantos labios

y dos uvas estrelladas de azul.

 

¿Cómo sin célica savia jactar

prestas beldad desasiendo resabios?

Amor, un bien abigarrado tul.