Santiago Medina

LA CHICA DEL SIGLO XXI.

Es absurdo hablar de amor,
Cuando los tiempos no son de colera,
Cuando el apego tiktoriano,
Ha carcomido los sentimientos mundanos.

 

Dicen toda clases de mentiras las personas,
El amor es Dios, dicen los pecadores,
El amor es un engaño químico, los hombres de ciencia,
El amor es dinero, los pobres,
El amor es un coctel de estrellas, dicen los mayas.

 

¿Aún te gustan las estrellas?
Supongo que es normal tu sentir por tus hermanas.
Sutil doncella de color nova,
Boca de paz, vientre de maestra, instructora pecaminosa.

 

¿Qué dudas se esconderán ahora tras tu lengua inquieta?
¿Recuerdas que hablamos de cosas burdas e importantes?
Recuerdo los disparates del dinero,
Del arte de filosofía y lo absurdo relevante,
Recuerdo que nuestras charlas eran un pretexto para la etéreo y lo erótico.

 

El vientre de tu madre debería ser reconocido,
Como Sabines, como Kahlo,
Si fue el artista más ejemplar, el pináculo del arte Mexa.
Desee tantas noches, Genia, tus encantos.

 

Deberían los astrónomos dejar de buscar a Dios,
El universo no esconde lo divino, estaba en esa calle,
Pude tocar con las yemas lo restringido, en la banca de Cerati.
Su semblante fue la culminación de la capilla Sixtina,
El origen no fue un Miguel, fue beatifico.

 

Si Perseo se robo algo tan banal como el fuego,
No ha de interferir en mi deseo el castigo del hacedor.
Pues dispuesto de degustar la sabiduría de Adán,
Pediría perdón por la eternidad de la nada de Sagan.

 

Perssoa dice que todo poeta es esclavo de un sentir pasado,
Es verdad, pues en el idioma que compartieron nuestros labios,
Existieron palabras que no pudimos traducir al castellano,
Frases tan perversas que no deben traducirse al idioma mundano.
Solo queda la memoria muscular de mis manos por sus piernas. 

 

Como toda epopeya, culmina con el martirio de la realidad.
Dicen los biólogos sobre amor, que solo es trascendencia,
Dicen los historiadores que distorsiona al actor.
Lo cierto es que construyo la torre de babel.

 

Nos dejamos de entender, perdimos el mapa estelar.
Yo buscaba tu osa mayor, tu querías leer mis jurisprudencias.
Tras nuestro último abrazo debo decirte que no te desee,
No es que dejaras de ser supernova, ya era ciego de la historia.
Yo que fui trotamundos de tu dialecto, no entendí ni adiós de tu silencio.