No es lo mismo recordarte
que disfrutar tenerte.
Te extraño
en el color de cada flor
y al sentir su olor.
Te extraño
en la música del bosque,
en los poemas de antaño
y cada día del año.
Te extraño
al caer la noche
y llegar el reproche
que me llena de impaciencia
no habiendo más derroche.
Extraño
el derroche de nuestra risa,
de los momentos compartidos,
de cada salida
en busca de más vida.
... el derroche de las miradas,
sostenidas o cortadas,
hambrientas o acarameladas;
de palabras,
habladas o calladas,
secas, dulces o ilusionadas.
... el derroche de tiempo perdido,
porque no es sabido
hasta que lo has vivido.
Qué es el amor
si no lo has llorado
o no has lamentado?
Qué es la vida
si no hay nada que abrazar
o nada a que renunciar?
Entre tanto dolor
reconozco el error.
Es en tu ausencia
en donde descubro la ciencia.
Las lágrimas
que corren por mis mejillas
son esgrimas
qué resucitan las alegrías
que ni el tiempo
ni el destiempo
borrarán
ni anularán.
No es lo mismo amarte
que tener que extrañarte.
TE EXTRAÑO!