Jorge L Amarillo

Quien vive sin nada, ese soy precisamente yo...

No tuve el dolor de despertar mis lágrimas
y solo tuve el valor de callar a mi voz,
sin querer, dañé en silencio a mi alma
y marchité a mi cuerpo como si fuera una flor...
 
No fui un hombre ni liberé mis agallas
no hice lo fácil que era pedir tan solo un perdón,
quedé expuesto en una invisible batalla
con las heridas de un simple perdedor...
 
No fui yo en medio de mi propia desgracia
ni era mi sombra quien se movía a mi alrededor,
era yo quien me sentía como un ave sin sus alas
poniendo una cruz en el centro de mi emoción...
 
Ni siquiera tuve la musa en poner las palabras
en el verso cuya pena me dio la inspiración,
soy yo quien se fue quedando sin nada
y quien vive sin nada, ese soy precisamente yo...
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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