Ahí, va Ella, triste y vestida del color del diáfano cielo.
No se atreven a mirarla de frente, solo hay, bisbiseos.
Siempre, fue esquiva la moza y, jamás, pidió consuelo.
Para nadie, es secreto, qué solo gustan del cuchicheo.
**-**
Siempre escuchó: Secreto entre dos, sólo lo sabe Dios.
Es muy culta y refinada y no, por ello, menos sociable.
Hecha a la Neo usanza, al rumor, le dio un gran adiós.
Vivía sus penas en secreto y el chisme, era intolerable.
**-**
Conocía el dicho:* Pueblo chiquito, infierno grande*.
Razones tenía, para privilegiar, la mesura y discreción.
Siempre decía: Da a la pena, lo que Ella, te demande.
Sin duelo, no hay consuelo y, tampoco, hay resignación.
**-**
¡De recordar y no olvidar, viven la Ley y la Costumbre.
Coronando, sin rubor, el Imperio de la Mansedumbre!