En el agua flotaban los fantasmas,
también habían mariposas y esmeraldas,
entre vientos detenidos,
encontraron su calma,
dormidos, sin alma…
Luz de arbotante,
tibia y melancólica,
ante la separación de los cuerpos,
onírica y bucólica,
siniestros, expectantes,
después del caos,
solamente nos quedaba el silencio.