Franjablanca

Cabos sueltos

No le pido a la vida explicaciones,

pues prefiero quedarme con la intriga,

y tampoco le pongo condiciones

si me da libertad o si me hostiga.

 

Con la baza que tengo entre mis manos

voy tirando y, si puedo, le hago trampas.

A los locos les llamo mis hermanos

y a los cuerdos les vendo mis estampas.

 

En mi barco sin remos, hace un año,

se me fue un cabo suelto con el viento,

y en los malos momentos aún lo extraño.

 

Si me acusan de tránsfuga, lo siento;

nunca ocupo el asiento de mi escaño

en las ruedas de reconocimiento.