LA SONRISA DEL FAUNO
Propongo los placeres de mi perenne alborada
paciendo en verdes prados allende el horizonte
cubierto por el húmedo amnios del rocío
entornado del viento que transporta un pentagrama
en el cual compuso el Creador su melodía
y con las pezuñas sumidas entre raíces
intimo en confidencias sobre la eternidad
seduciendo a concupiscentes númenes atemporales
agasajando a una pléyade de náyades traviesas
siendo chivo expiatorio en ardientes aquelarres
instrumento de conjuro bajo influjo de hechizo
salí en cualquier juego
ardí en cualquier fuego
tan sólo transitando el momento en mi destino
—la suerte de la suma de mis cotidianidades—
voy soslayando crestas y vadeando sinuosos cauces
sin más tope de frente que el de mi astada testa
cual en cabeza humana torneados pensamientos
ya como trovador al sosiego de una pausa
con afinada rima entono el verbo definitivo
y se excitan los orbes desvaneciéndose en espuma
agonizan las sombras infames que habitan en lo hondo
trinan airosos arias los emplumados caprichos de un dios.