Entre palabra y disparo
hay cinco litros de sangre
cinco llantos sin consuelo
y cinco nanas del hambre.
Cada metro de desierto
son cinco tumbas de arena
con cinco fríos cadáveres
que cinco voces silencian.
Cada día que amanece
y cinco truenos resuenan
son cinco nuevos fracasos
y cinco esperanzas muertas.
No es el verso suficiente
más sin él, todo es olvido.
Hay cinco plumas que escriben
a cinco dioses distintos
con cinco tonos de piel
clamando todas lo mismo.