Comen las cortesanas ya sedientas,
muerden a cocodrilos impacientes.
Gozan los vividores relucientes,
puras bajoneadas y mugrientas.
Ceños malhumorados, macilentas…
¡Prueben a lagartijas imponentes!
Feos y suprimidos desalientes…
Lágrimas se maquillan virulentas.
Carne ya putrefacta se germina;
cáliz de desterrados se recogen
muerte sin utopía peregrina…
Costa de malvivir nos sobrecogen.
Críos engatusados en sentina.
Rostros descomunales, ya se encogen.