Aquellas risas , tenues y alborotadas. Llantos iracundos y melancólicos.
Que cruel es la vida, llendo por allí creyendo que nunca nadie se irá.
Entre tanto ocurren sobresaltos nocturnos con presencias casí realistas.
Entonces ...lo simple transmuta a bello e invaluable.
Levitando en desprendimiento abrupto de todo aquello que solía ser y olía a mundo.
¿Dejarte ir o soñarte a diario?, ¿Cómo saber cuál hacer primero?
Con incredulidad de la marcha de ti de tu persona, sin retorno y con labial en los labios.
Me doy cuenta que las calles llevan tu nombre , tus pasos, avenidas que pavimentan historias de jóvenes y viejos, también de niños.
Te vi cerrando los ojos como en el sueño, inhalando sólo flores y no sudores, viéndote a través del vidrio sin hablar...
Sosteniendo la vida en manos , dejándole ida y vuelta.