Se volvió un amor perdido,
un recuerdo del pasado,
un jardín ya marchitado
que hoy es parte del olvido.
No sé a dónde habrá partido,
si ha sufrido, si ha gozado,
ni con quién se habrá marchado
a vivir en otro nido.
Solo espero que su vida
brille así, como la aurora,
con sus múltiples matices,
que le borren cicatrices
si causé más de una herida
que pensé que era indolora.