Yo que estuve ciego de no ver
los sentimientos de mi alma,
y estuve sordo de no oír
de pronto sus palabras...
Hoy sepultado en el ayer
sufriendo en lenta calma,
hoy atrapado sin poder huir
me duele estar aquí, sin nada...
Yo, que entonces dejé correr
a mi sombra de una forma apresurada,
y no me atreví a poder advertir
como con el tiempo de todo me alejaba.
Hoy me encuentro sin fe
en una vida que solo me amarga,
hoy estoy atrapado dentro de mí
en una muerte que ni ella me llama...