El otoño se acerca sin apenas ruido,
cesa el canto de las cigarras,
unos grillos apenas se pelean, y callas.
se diría que aquí no pasa nada.
Un silencio súbito ilumina el prodigio,
ha pasado un ángel, se llama luz, es tu alma,
y perdemos ese tono para siempre,
las hojas cambian de color,
de verdes tornanse a ocres o violetas,
caen esperando que tú te levantes.
Esparce el aire en blando movimiento,
de las hojas áureas, púrpuras y rojas,
y, en la caída clara de sus hojas,
se lleva al infinito nuestro pensamiento,
o quizás también el sentimiento.
En un prado bello tus flores deshojas,
agua fría ya, que corre y mojas,
libre y clara tu alma hermosa,
la vida se desnuda, y no pasa nada,
sólo resplandece su verdad divina.
Quiero, no quiero, la flor de margarita,
miedo o amor, amor o miedo,
todo cambia, es tiempo de cambio,
cosas que tus ojos bellos no ven,
algo que no se sabe y se dice «nunca»,
o «es soñar»,«quizás», pero cae del cielo,
para tí, solo para ti, es un regalo,
el poder que está dentro de tí, vida,
si tú quieres, así es,
es tu vida, tu destino.
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