EDGARDO

Quimera Desvelada

Fue un susurro de viento en la noche callada,
un brillo lejano, casi irreal.
Una quimera en el alma bordada,
un sueño de niebla, difícil de asir.
Moraba en los pliegues del ansia secreta,
un anhelo intangible, sin forma ni voz.
Una estrella fugaz, promesa incompleta,
un espejismo danzando ante los dos.
Muchos dijeron: \"Es vano intento, locura\",
\"jamás esa sombra tomará color\".
Pero el alma insistía con firme dulzura,
nutriendo la chispa con fe y con valor.
Paso a paso, la bruma se fue disipando,
la silueta borrosa comenzó a tomar
contornos precisos, el lienzo pintando
con trazos de esfuerzo, sin tiempo que dar
al desaliento que acecha en la sombra.
Cada gota de sudor, cada noche de espera,
tejieron los hilos de una asombrosa
transformación, rompiendo la vieja barrera.
Y hoy, la quimera palpita cercana,
con luz tangible, con cálido aliento.
La sombra etérea, ahora es mañana,
un fruto maduro de puro intento.
Se alza ante los ojos, palpable y cierta,
la prueba fehaciente que el alma no miente.
Aquella quimera, de ensueño desierta,
en esta realidad florece potente.
Así, lo imposible se vuelve presente,
la fantasía encuentra su firme lugar.
Cuando el alma se entrega ferviente,
la quimera se viste de un bello realzar.