~ * ~Sinopsis:
~ * ~El victimario fue un día víctima del amor, y ¿qué hizo Víctor con el amor?, pues, lo quemó en cartas, pero, se le olvidó que las cenizas quedan…
Sucesos:
Víctor es un hombre fuerte, fornido, corpulento y así mismo es su carácter de hombre fuerte y y es que nadie lo puede engañar porque tiene una maña que nadie lo engaña. Víctor de ojos color café y cabellos castaños va seguro a amar a su más febril amor. La mujer por la que se enamoró Víctor tiene cabellos negros como el color del azabache y no ama a Víctor, pues, en su forma y manera de ver al cielo ella lo cree del color gris y no de todo un sol que brilla y que perdura entre sus propios ojos. La mujer por la que se enamoró Víctor es una mujer altamente fugaz como la estrella en el cielo o como el altercado frío en su propio sentir. Víctor se enamora de ésa mujer y ésa mujer no era para él cuando la mujer no es una mujer hogareña. Víctor se enamora a primera vista y a lo divino de ésa mujer tan hermosa como el color negro azabache de sus cabellos. La mujer que es libertina y de libertad liberal no es mujer para ningún hombre, pero, así lo cree Víctor que será para él y nadie más. Víctor, un hombre fuerte, corpulento y abierto a los sentimientos quiso amar a ésa mujer, pero, ésa mujer no era para él. Víctor se enamora indeleblemente de ésa mujer con besos de miel, con boca llena de besos, con piel sedienta y ardientemente llena de calor y los ojos de color como la noche que embrujan a cualquier hombre. Víctor se aferra a enamorar a ésa mujer, pero, ésa mujer no le corresponde a él sino que es una mujer liberal y tan libertina que no queda amarrada a ningún hombre cuando se aterra y succiona los besos eternos más sabrosos que una mujer puede ofrecer. La vida de Víctor se aterra al sentido fraguado, inventado e imaginado en querer sentir a ésa mujer como su propia mujer y así lo logra, pero, la mujer se marcha dejando ardientemente y fugazmente a la piel de Víctor. La vida para Víctor se va enamorando más y más y el corazón rompe en mil pedazos por el amor desenfrenado de ésa mujer. Víctor, a la verdad que se aterra en quedar solo en la vida, por eso, busca enamorar y ser feliz con ésa mujer, pero, ésa mujer es una mujer de calle, de fiesta, de jolgorio y jarana. La vida de ésa mujer va llevando a Víctor por el camino pernicioso, suspicaz e impetuoso de la vida enamorada con el corazón roto en mil pedazos. La vida comienza para Víctor a ser un hombre de sentimiento débil, de corazón apaciguado y mente extrañando sólo el amor en el corazón porque ésa mujer se fue lejos. Víctor y el amor en su corazón no dejó tiempo ni suspicacia ni pericias que atormenten a su solo corazón cuando está roto en mil pedazos, aunque, el amor hubiera sido verdadero. La vida de Víctor marca trascendencia cuando el tiempo se va en ocaso y el sol no vuelve hasta el otro día hasta que llegue, otra vez, la tarde. Víctor y el amor en su corazón no teme a ser devorado como el amor dentro del propio corazón sino que teme por no ser amado. La vida de Víctor comienza a departir en una tristeza ambigüa, continua, contigua y tan aledaña a sus propios sentimientos cuando el tiempo no caduca, no expira, no logra marcharse jamás. La vida de Víctor queda maltrecha, adolorida, pusilánime y abatida en un instante de dolor cuando en su corazón se entristece con un percance muy adolorido por amar verdaderamente a ésa mujer. Víctor ama con locura a ésa mujer, pero, ésa mujer de vida fácil y liberal no es mujer para ningún hombre, aunque, así lo cree Víctor. Víctor es víctima o victimario del amor. Víctor queda rondando en el amor como un cupido sin flecha, como un ave en cautiverio, como el silencio en el corazón que grita poder amar. Víctor es víctima o victimario del amor. Víctor irrumpe en su corazón un gran deseo de atraer nuevamente el amor a su vida, pero, sólo dice que es víctima del amor y que no es victimario matando al amor que una vez ésa mujer le entregó en su corazón. Víctor se aferra al sentido inocuo, al momento idóneo y al instante sin ser erróneo.
Víctor amó a ésa mujer con todo su corazón. Víctor quedó con el alma vacía y el corazón roto y la vida compungida y llena de un dolor intransigente e indeleble. La vida de Víctor quedó por siempre adolorida, triste y funesta cuando el amor verdadero lo ha abandonado y lo ha dejado solo y sin amor. Ésa mujer lo ha dejado solo, solitario, en soledad y en una amarga espera inesperada en dar un tiempo sin amor. Ésa mujer lo dejó solo, solitario y preguntando quién fue la víctima o el victimario y quién mató al amor de Víctor. El hombre fornido, fuerte y corpulento de nombre Víctor quiso ser el hombre más amoroso entregando alma, vida y corazón cuando en el alma y en la vida se entristece de pena y sufrimiento cuando lleva en su corazón el abandono total de una mujer. Víctor se aferra al frío desconcierto en querer amar a una mujer sin sentimientos, sin sentido, sin amor en el corazón y sin pasión en el alma. Víctor es un hombre fuerte, fornido y corpulento cuando en el alma se aferra al frío sentido de haber sido abandonado por un amor que no lo amó. La vida para Víctor fue como entretener la vida y el corazón con un frío amor queriendo derribar el alma y el corazón en un ademán tan frío como haber entregado toda la razón con el amor. Víctor, en el afán de quedar solo y en soledad, abrió su corazón de par en par, quedando solo, solitario y con el vacío en el corazón. Víctor quedó solo y abandonado, compungido y solitario, como el frío en la misma piel. Víctor quedó como el recelo de vida, con la herida total entre piel y suerte como la era pertinente en saber de su insistente corazón. El corazón de Víctor quedó cerrado al amor y abierto al dolor buscando sólo el tiempo en que la vida dicte querer y con toda razón deseando abrir el corazón hacia un nuevo amor. La vida de Víctor y su alma desnuda quedó adherida al funesto dolor de un dolor intransigente. Víctor es abandonado por una mujer y todo porque su libertad le pedía más libertad siendo una mujer libertina y no hogareña como lo que se merecía Víctor. Víctor queda con un dolor intransigente en el alma y Víctor sería víctima o victimario del amor quedó eternamente adolorido cuando su mundo no halla más fuerza que la propia voluntad en amar a ésa mujer. Ésa mujer deja abandonado a Víctor vilmente, hábilmente, sutilmente e inútilmente lerda queda ésa mujer abandonando a Víctor, un hombre corpulento, fornido y fuerte en el alma. Víctor es víctima o victimario de un dolor sin apaciguar en la calma exasperada de un tormento inevitable. Víctor es víctima o victimario del amor si se compadece y odia al amor siendo éste la fuente viva del amor, de la pasión, de la vehemencia y de la vida carnal entre un hombre y una mujer. La fuerza en el alma para Víctor quedó aterradoramente horrorizada de un espanto de abandono, de soledad, de solitario corazón y de ambiguo camino. Víctor es víctima o victimario del amor cuando en el altercado quedó abatido con el temor de ser tristemente abandonado por el amor. Ésa mujer lo dejó adherido como un imán a su propio corazón irrumpiendo en un solo trance delictivo cuando su alma y su corazón quedó por siempre entre las garras del dolor. Víctor es víctima o victimario del amor cuando suelta rienda suelta en el amor por obtener de la salvación un solo deseo y es salvar al amor, pero, Víctor es víctima o victimario del amor, de la pasión y de la vehemencia carnal entre un hombre y una mujer que yace abandonando a un buen hombre que la amó sin importar intemperie, barbarie, soledad o compañía. La vida de Víctor contempla el amor a toda costa cuando en el instante se cuece de un fuego devorador como la única fuerza en el corazón amando como nunca a ésa mujer como víctima o victimario.
Víctor es víctima o victimario de un vil suceso y un hábil momento cuando sutilmente amó a una mujer con el amor enamorado en su corazón dejando el insistente fuego del alma en una fogata llena de llamas que llaman a su propio corazón. Víctor es víctima o victimario de un corazón enamorado como la forma más vil de perpetrar un suceso como es el amor en el corazón. Víctor es víctima o victimario si es vilmente enamorado por el amor de una mujer que lo abandonó a su suerte. Víctor con visión y miras hacia su nueva vida piensa que fue víctima del amor cayendo en una red de un amor antiguo, pasado, y ambigüo como un torrente de sensaciones ingratas que le dejó solo pensando si es víctima del amor. Víctor cree que es víctima del amor cuando acepta que el amor venció a su propio corazón amando como nunca en el tiempo ambigüo de su propia vida. La vida de Víctor solo pretende ser víctima de un mal suceso como lo fue el amor en el tiempo que más amó porque es víctima del dolor, del amor, de la vida y más de su propio corazón. La vida atormenta cuando Víctor pretende ser la víctima del amor y de la pasión indeleblemente. Víctor victimiza a su propio corazón cuando el amor y para siempre queda en un amargo camino desnudo siendo la víctima del amor. La vida de Víctor comienza a despilfarrar y a desfilar que si es víctima del amor y si queda solo solventando el amor en el corazón. La única verdad de Víctor es que pretende, perpetra, acomete y acecha con ser la única víctima del amor solapando el amor en su único corazón. La vida transige, la vida pasa, la vida no pasa desapercibida para Víctor pensando que es víctima del amor. Víctor pretende ser la víctima del amor y no el victimario del amor porque, aún, no termina el amor sino que no logra finalizar con el puro amor en su propio corazón. La vida para Víctor victimiza la vida queriendo ser víctima del amor, pero, aunque, no es victimario Víctor cree que ha terminado con el amor. Víctor hace viral que es víctima del amor a consecuencia y a razón de un amor perdido que lo ha abandonado y para siempre cuando el tiempo expiró para el eterno amor que sentía en su corazón. Ésa mujer abandonó a Víctor por el tiempo y por el temor de ser una mujer hogareña cuando la libertad era todo para ésa mujer. La vida para Víctor estremece, por tanto y por todo, que solo pretende ser víctima y no victimario del amor siendo el único en amar lo que terminó: un amor para la historia cuando una mujer lo abandona dejando solitario a su propio corazón. Víctor es víctima o victimario del amor y solo él pretende ser un amor sin ser víctima del amor. Víctor siente que ser víctima del amor es haber entregado el alma y el corazón, la vida y la razón a un amor, el cual, lo abandonó para siempre. Víctor victimiza la vida y el amor en cada roce de la vida cuando siente y presiente que el amor es víctima del amor y que él también al igual que el amor es víctima del amor. La suerte de Víctor se acomete en un frío desconcierto cuando el altercado entre el alma y el corazón, entre la vida y la razón se convierte en un extraño desafío por el frío que siente en el alma por ser la víctima del amor. La esencia de Víctor se perfila en un ademán tan frío cuando siente en su alma y en su corazón que la vida y la razón se convierten en un delirio total por entregar todo el amor en un trance perfecto entre la claridad y oscuridad en sus propios ojos sin mirar al amor como antes. Víctor es víctima del amor victimizando al amor impropiamente. La vida acecha con devorar el alma y el corazón, a la vida y a la razón como el fuego latente incinerando todo en derredor y así fue el amor para Víctor dejando huella trascendental en el alma y en el corazón, en la vida y en la razón.
Víctor victimiza al amor por haber abandonado su corazón, pero, su corazón interpreta que posee el mayor desamor por el amor de ésa mujer. Víctor es víctima del amor cuando el reflejo del amor solo se siente en el corazón. Víctor victimiza a su propio amor como ser víctima de una pasión indeleble, pero, su corazón se enfurece por todo y por tanto que queda a la deriva de un amor en desamor. Víctor, un hombre fornido y corpulento se siente capaz de enfurecer a su propio corazón con el desamor debatiendo la magia infinita en creer que el mundo es capaz de soltar las amarras del corazón por un desamor. La vida comienza a despilfarrar tiempo, desamor, pasión indeleble y vehemencia carnal entre un hombre y una mujer, pero, yace en el olvido cuando llegó el desamor a la vida de Víctor. Víctor victimiza la vida, la fuerza y todo por el amor de ser víctima del amor. Víctor cree que la fuerza del amor enfurece tanto que maldice el amor en un santiamén, pero, el amor queda en desamor. La vida de Víctor enfurece por todo y por tanto que el silencio se debate en un capricho exótico por ser la víctima del amor. Víctor no transige en enfurecer su alma y su corazón por ser víctima del amor en una relación que fue a gravitación cuando ésa mujer lo abandonó. La vida de Víctor enfureció tanto por el maldito desamor que no logró derribar tormento frío ni vicisitudes en la vida sino que enfureció por un deseo débil en cometer la debilidad en el corazón. Ésa mujer lo abandonó a su suerte dejando el desamor enfureciendo a su solo corazón. Víctor se enfurece por nada y por todo cuando el amor lo abandonó a su gran suerte perfilando la forma y la manera de creer en el trance directo en dar una sorpresa de mirar hacia un solo destino y es la fuerza en el amor en el mismo corazón de Víctor. Víctor se enfurece siendo un hombre fornido y corpulento, se enfurece más y más por el amor perdido de ésa mujer que lo dejó abandonado a su suerte. Víctor y el amor se enfurecen tanto y por todo que el amor quedó con la misma fuerza de su pobre y débil corazón. Víctor se enfurece y se enfada con el frío amor cuando en el alma y en la fuerza de atraer en el alma una luz que despierte en el trance de la verdad fue tan efímero como el primer beso que se dio entre el amor, ésa mujer y Víctor. Víctor y a la gran suerte de mirar el reloj ofreciendo horas perfectas para naufragar en el tiempo y más en el ocaso muerto y tan directo como fue todo perfecto. Victor se enfurece y se enfada con el mismo amor que le dio y que le entregó ésa mujer a Víctor. Víctor se enfada y se enfurece por todo y por tanto en el juego del amor, y de la pasión indeleble por ese amor que sólo lo abandonó a la gran suerte. Víctor llega a pelear solo y en soledad por ese amor que lo dejó a la suerte, abandonado, sin ser dichoso y tristemente adolorido en el alma. Víctor se enfurece en contra de su propia alma, en contra de su propio corazón y en contra de su propio amor por ésa mujer. Víctor pelea una pelea a muerte en su corazón por ésa mujer y con el amor petrificado en la espera de un regreso. La vida de Víctor comienza a despilfarrar sentimientos, amores inconclusos, pasiones abiertas y amores insolventes. Víctor se enfurece y se enfada con el maldito amor que le tocó en su corazón y en su terrible alma sin la luz que emana del puro amor. Víctor quedó sorpresivo peleando en contra de un amor que ya lo había abandonado a su suerte. La vida de Víctor se enfadó y peleó una pelea a muerte en monólogo y en un frío delirio delirante en su mente, en su corazón, sin paz y sin contemplar tranquilidad. La vida de Víctor se aferra como se aterra en sentir suavemente y fríamente el frío del desamor por un amor que se fue y que no regresará cuando su alma y su corazón pelean por un amor que ya se fue.
La vida de Víctor empieza a despilfarrar la vida, la certeza, ser moribundo en un amor pasajero que se convierte en un terrible momento. Víctor piensa en toda su vida y comienza a sentir que su vida fue un dolor de cabeza que no hizo lo suficiente para amar ni realizó la pasión correcta en amar lo que conlleva un amor en el corazón. Víctor piensa que su vida fue intransigente, inmortal en el amor, en la pasión y en el corazón llevando una sola idea en el alma para poder ser fuerte en el alma. El corazón de Víctor se aferró a que toda su vida petrificó un amor erróneo, equívoco y en yerro porvenir en un camino sin caminar. Víctor piensa en toda su vida y petrificó la espera amarga de esperar por el verdadero amor, pero, el amor de ésa mujer lo dominó y lo derribó en el amor. Víctor piensa y piensa que su amor solo quedó en el tiempo, en el pasado y más en su propio corazón. La vida de Víctor piensa y piensa en un cruel pasado que lo dejó mortal, inmortal e insípido cuando el amor pasó desapercibido en su corazón. La vida de Víctor amó con locura a ésa mujer, pero, solo quedó en la vida, en el tiempo y en la verdad. La vida de Víctor piensa y piensa en un recorrido de su vida pasada y quedó inmortalmente adolorido cuando piensa en su vida pasada y en un pretérito imperfecto cuando ésa mujer solo lo abandonó en el amor. La verdad para Víctor es como un suburbio en el solo corazón amando como nunca a ésa vil mujer y con todo ser la amó, la besó y nunca la dejó hasta que un día fue abandonado por el amor, por la pasión y más por ésa mujer. Ésa mujer no era hogareña cuando su libertad valía más que el amor de Víctor y la verdad que el amor para Víctor fue importante, pero, su vida fue abandonada, dejada, expulsada por un amor incierto, insípido e inestable porque ésa mujer lo dejó por ir trás de su propia libertad. La vida para Víctor se aterra y se aferra al frío desconcierto de un sentimiento inocuo, inestable e insípido cuando quedó en soledad y solitario pensó y pensó en un recorrido de su vida matando todo sentimiento, todo amor siendo victimario del amor, aunque, Víctor piensa que fue víctima del amor. Víctor se aferra y se aterra al frío de un convenio intransigente en un pasado doloroso y muy inestable cuando ésa mujer lo abandonó por ser libertina y liberal como el viento. La vida de Víctor quedó mortalmente adolorida con la fuerza en espelunca buscando dónde guarecer su propio amor, fortaleza y pasión en un corazón nuevo. Víctor se aferra al frío, al friolento viento que le roza la piel mortificando de espera inesperada la vida, la pasión y el amor para un nuevo corazón indeleble en el amor. Víctor piensa y piensa en el recorrido de su vida inmortalmente abatido y dolorosamente herido en el alma y más en el corazón. Víctor cuando pensó en el recorrido de toda su vida vió que en los momentos más felices solo mortifican la espera inesperada de creer que el rumbo cambió definitivamente cuando el amor se marchó lejos dejando inerte a su alma y más a su corazón débilmente por un amor pasajero. La vida libertina de ésa mujer por no ser hogareña tomó rumbo incierto, enfermedades venéreas, inestable situación y amores inconclusos en su corazón. La vida de Víctor fue víctima o victimario del amor sustrayendo y oponiendo toda razón en su propio corazón. Víctor comienza a pensar que su vida fue mejor cuando amó a ésa mujer, pero, ésa mujer lo abandonó para siempre cuando mortalmente hirió a su corazón con una daga afilada y oblicuamente quiso cortar en sangre a ese corazón, pero, su mundo se volcó en un delirio delirante sin tener que pasar por un suicidio. La vida de Víctor quedó pensativo y pensante cuando su rumbo tomó otro giro inesperado para solventar su vida.
Víctor se aferra al solo pensamiento de creer que su rumbo es incierto, pero, solo piensa que fue víctima del amor cuando el tiempo y la vida se atemoriza de un dolor intransigente. Víctor sólo piensa en ser víctima del amor cuando el amor quedó derribado en su propio corazón si en el alma y en el corazón se entristeció por todo y por tanto. Víctor se aferra a la mala idea en ser víctima del amor cuando en su corazón se debió de entrever el amor en el corazón y como un triste desamor. Él cree y piensa que el mal desenlace por desamar es fatal como cruel y tan vil es. Víctor cree que fue víctima del amor sin ser victimario muriendo por el amor, por la fuerza y por la espera de un nuevo amor en su corazón. La vida comenzó a edificar un torrente de sensaciones buenas, pero, el amor solo lo era ésa mujer para Víctor. Víctor cree que ser víctima del amor no fue ser victimario del amor sino que el amor lo mató a él. La vida para Víctor se atemorizó de un espanto tan seguro cuando creyó ser víctima del amor sin ser victimario. El amor para Víctor fue indeleblemente intransigente cuando el alma y el corazón se debate en un frío de un tormento como una tempestad desastrosa derribando todo el amor en el corazón. Víctor piensa que su mundo fue ser víctima del amor y no victimario de un amor tan pasajero como lo abandonó ésa mujer. Víctor victimiza al amor, a la pasión y a la vehemencia en creer que el mundo interpreta su amor por ésa mujer por ser víctima del amor. El amor para Víctor se entrelaza, se cruza e interpela en un intransigente momento cuando ésa mujer lo abandonó para siempre dejando el amor en desamor en el solo corazón. Víctor victimiza al amor como víctima del amor porque su insistente corazón teme ser devorado nuevamente por el amor. La vida para Víctor cree que del amor fue víctima sin ser victimario cuando interpreta que su silencio fue todo por el amor de ésa mujer. La vida para Víctor comienza a despilfarrar deseo, ambigüedades, intransigencia y debilidad en el alma. La vida para Víctor comienza a edificar el frío tormento de creer que es víctima del amor porque ser victimario del amor es matar al amor en el corazón. Víctor comienza a pensar que solo el amor lo llevó por un camino mágico, trascendental y muy vehemente cuando el alma solapa la única verdad que el amor es la única fuerza dentro del corazón. Víctor se aferra como se aterra a la mala idea de entrever que la razón se pierde en un sólo instinto, y tan distinto como el haber sido víctima del amor o como lo fue en el alma buscando en el interior. La vida de Víctor comienza a despilfarrar deseo, ambigüedad y sentimientos inocuos, pero, muy duros en el alma y en el corazón. Víctor victimiza al amor siendo víctima del amor y con la fuerza del amor en su corazón corre ser como víctima del amor. La vida para Víctor comienza a despilfarrar la vida, el comienzo de la vida en un final atrayente de un amor pasajero como lo fue el amor de ésa mujer. Víctor, un hombre fornido y corpulento quiere y desea ser victimario del amor, pero, aunque no puede solo se conforma ser víctima del amor. Víctor despilfarra sentimiento, odio, con una coraza en el corazón de un amor pasajero cuando el temor encierra que el amor se convierte en odio. La vida solapa una sola idea y es que el amor y Víctor se convierten en víctima del amor sin poder ser victimario del amor de ésa mujer matando o hiriendo con una daga al propio corazón de Víctor. La vida de Víctor despilfarra amor, ansiedad y más que un odio petrificador cuando en su alma causa distinción por una pausa en su corazón de un amor que se fue y lo dejó vilmente abandonado cuando ésa mujer hizo que fuera víctima del amor sin ser victimario del amor y haber matado al amor en su propio corazón.
Víctor en el afán de olvidar a ésa mujer sólo queda con el mal recuerdo de unas cartas escritas por ésa mujer destinadas para Víctor. Las cartas con remitente de ésa mujer sólo lo llevó por el camino amargo lleno de odio y amargura y de una hiel que todavía siente como lágrimas amargas entre sus labios recordando siempre a ésa mujer. La vida de Víctor comienza a recordar a aquéllas cartas escritas de amor. La vida comienza a llorar cuando Víctor, sólo, recuerda a aquéllas cartas llenas escritas de amor del corazón de ésa mujer. Víctor victimiza al amor como víctima del amor y sin ser victimario del amor recordó y leyó nuevamente a aquéllas cartas escritas con el amor de ésa mujer. La vida comenzó de nuevo a creer nuevamente en el amor, pero, Víctor recordó que es víctima del amor, de la fuerza, del corazón y de la pasión indeleble en el corazón. Y, Víctor, ¿qué hace con esas cartas?, pues, continúa leyendo y recordando a ese puro, inocente e ingenuo amor que él creyó que era así, pero, lo abandonó a la suerte y pereciendo en el instante porque ésa mujer lo dejó para siempre. La vida para Víctor comienza en recordar a ése amor con esas cartas inocente, claras y contundentes por el único amor de ésa mujer hacia su corazón. La vida de Víctor no transige en olvidar a aquél momento porque se fue ésa mujer de su vida dejando muerto a su corazón y débilmente inmortal en el amor, en la vehemencia y en la pasión indeleble del puro amor. Las cartas escritas llenas de amor quedan a la intemperie y en la barbarie de sus propios pensamientos y de un sentimiento inocuo, idóneo sin ser erróneo para aquél momento que Víctor recibió esas cartas. Víctor recuerda a esas cartas porque quedó solo en el olvido sin petrificar el alma y el corazón en demostrar que su insistente corazón se debate en un intransigente momento. La vida de Víctor recorre de punta a punta a su propia existencia cuando el alma y el corazón lloran lágrimas de dolor y todo por el amor de ésa mujer. Víctor victimiza al amor siendo víctima y sin ser victimario del amor porque cree y piensa que el amor lo forzó a amar a una mujer, el cual, su corazón ya había amado encontrando sentimientos mutuos entre ambos. La vida de Víctor siendo víctima del amor quedó adolorida, insípida e inestable cuando el amor socavó muy dentro de él. El amor para Víctor se automatizó en la espera inesperada de creer que esas cartas sobreviven, aún, en su corazón. Víctor lee cada palabra y letra de esas cartas llenas de amor, pero, la vida forja un nuevo destino cuando el alma y el corazón se esfuerzan en caer en redención esperando a que las cartas se olviden de su propia mente y más de su propio corazón. Las cartas atadas por un cordón o listón, sólo, se debieron de ocultar del amor en el corazón de Víctor, pero, él mismo las obtiene de un buró viejo cerca de su habitación para poder leer sentado en la cama de la habitación. Víctor, con las cartas con olor a ¨chifforobe¨, se dedicó en cuerpo y en alma a leer, a recordar, a pensar en un pasado inocuo por, el cual, se entristece por temor a ser devorado nuevamente por el amor. Víctor victimiza al amor y lo cree insolvente, pero, lo abandonó a la suerte queriendo recordar a ese amor con esas cartas llenas de pasión, amor, vehemencia y cálido tormento, pero, eran, sólo, palabras llenas de marfuz, de engaño haciendo un daño petrificante en el alma y en el corazón. Víctor lee las cartas más indelebles, más intransigentes, más incoloras, más insípidas y con un dolor en el alma no se detiene el amor en el corazón derribando el alma en un santiamén. La vida de Víctor victimiza al amor y lo hace tan real que él cree que es víctima sin ser victimario del amor. Víctor toma esas cartas y las guarda con listón nuevamente en el buró.
Víctor victimiza al amor como imperfecto dolor. Víctor victimiza al amor puro, inocente e ingenuo que sintió por ésa mujer como víctima del amor. La vida de Víctor victimiza la vida, el amor y la pasión indeleblemente con el amor en el alma y en el corazón. La vida de Víctor victimiza al amor siendo víctima del amor y del dolor cuando en el alma y en el corazón con toda razón cree que es víctima del amor. Víctor trata ser victimario del amor matando el amor como pulgas, como ácaros, como piojos, pero, solamente cree que no lo podrá hacer ni ser. Víctor cree que es víctima del amor sin ser victimario del amor porque el amor lo atrapó, lo arrastró y lo petrificó en una espera inesperada como una gran mala suerte. La vida de Víctor comenzó en ser una víctima del amor en contra de todo el dolor que siente y que presiente en el alma y más en el corazón. Víctor sabe una sola cosa y es que su corazón está en trizas y en pedazos muertos, cuando arde el deseo y más el alma en saber una sola cosa que su mundo es como el deleite y como el delirio frío de sentir como ser víctima del amor por ser victimario del amor sólo se aferra como se aterra la mala idea en ser como el nefasto y ambigüo deseo de ser como el frío o como el alma muerta descendiendo del alma en una sola verdad infructuosa. Víctor victimiza la gran idea en ser una víctima del amor y en ser un victimario y del sólo amor. Víctor corre ser como el deseo o como la ambigüa desesperación por ser como la exasperación inocua y ser como la única verdad victimizando la era y la primera instancia de eficaz tormento. Víctor victimiza la era floja y tan débil como el prefecto mal momento que fue abandonado el recelo de la única verdad e insistente como el mal deseo. Víctor victimiza al amor en contra de la única verdad porque comienza la primavera o la gran era en caer sobre el tejado silencioso de su propio corazón. Víctor comienza a pensar e imaginar lo que encierra el temor adentro del solo corazón en contra de la sola voluntad fría e inerte como el instante friolero en caer rendido sobre el silencio automatizando la gran espera inesperada de sentir el suave silencio en el mismo corazón que amó tanto a ésa mujer que lo abandonó a su suerte. Víctor victimiza al amor con el frío dolor y con la sola intemperie abandonando el deseo en ser víctima del amor y ahora en ser victimario del amor por mandato del dolor y de la intransigencia adolorida en el compás de la sola verdad insistente. La única verdad fría y tan friolera que Víctor quedó en el alma y más en el corazón porque forjó lo que quiso ser un sólo victimario del amor sin ser víctima del amor. Víctor logra desenredar el alma y la cognitiva de ser un victimario del amor, matando dolorosamente al mismo amor que amó tanto y por todo. El amor para Víctor, sólo, edificó la forma innata de saber a ciencia incierta que fue víctima del amor sin ser el victimario del amor. Víctor se aferró a todo y por tanto al amor forjando el alma y el amor dentro del recelo del mismo corazón amando como nunca y siendo el victimario del amor. El dolor se aferró al deseo y a la fuerza en esperanza si es la que hoy lanza lejos un solo amor en silencios. El dolor de Víctor se aferró al frío, a la tragedia y a la vicisitud con una sola prontitud cuando arde el deseo efímero y por ser el primero al ser el victimario del amor, sí, matando al solo amor en el mismo corazón que amó tanto y por tanto a ésa mujer. Víctor victimiza al amor en un solo dolor, cuando en el alma y al compás de la verdad se siente como faltar el deseo fuerte de creer en el instinto y por ser tan distinto en el alma sosegada de una sola intranquilidad automatizada de espera inesperada cuando Víctor, sólo, quiso ser el victimario del amor y no la víctima del amor a cuestas del corazón enamorado.
Víctor trata de quemar aquellas cartas y Víctor ¿quema aquellas cartas?, ¿Víctor quemará el amor? Víctor toma aquellas cartas guardadas en el buró y trata de quemar a esas cartas diciendo que…
-¨Soy Víctor el hombre fuerte y, el cual, fue abandonado por una mujer que amé con locura. Soy Víctor, el cual, guardó éstas cartas en el buró de mi habitación. Éstas cartas son la esencia de mi vida, son la persistencia de mi corazón, pero, en el ademán frío se enalteció por todo y por tanto mi solo corazón. Soy Víctor, el cual, soy un hombre fuerte, tan fornido y corpulento en decir que la era y que la primavera son como la rosa prendida. Soy Víctor, el cual, amó indeleblemente a ésa mujer porque me pareció una buena mujer, pero, la libertad y su libre albedrío le brindó más libertad que mi solo amor en el corazón. Soy Víctor, el cual, desea quemar esas cartas llenas de palabras bonitas cuando en el deseo se convierte en una razón indeleble y como una sola verdad inocua que transfirió el alma y el corazón en un altercado friolero y tan friolento como el de saber que el triunfo del amor quedó mortalmente adherido como imán en el mismo corazón que amó como nunca antes. Soy Víctor, el cual, en el amor quedó con el corazón destrozado de amores inconclusos queriendo derribar el alma y más el corazón de una ira trascendental. Soy Víctor, el cual, con la fuerza en el alma y más con el corazón muerto de espanto quiso quemar esas cartas llenas de amores sin ser preservativos dentro del solo corazón. Soy Víctor, el cual, desea ser vivo, conmísero, sincero y adherido al alma y al corazón amando como nunca antes. Soy Víctor, el cual, desea quemar en carne viva a esas cartas de amores sin ser insolventes. Soy Víctor, el cual, conlleva un perecer en el alma y en el corazón una fuerza en el alma y más en el solo corazón. Soy Víctor como el torrente en amar fríamente como la vehemente carne de vida entre ésa mujer y yo. Soy Víctor como que amé más a ésa mujer deseando derribar el tormento o la tempestad fría de un hielo derretido. Soy Víctor, el cual, enredó el alma y el corazón en enfrentar el amor con el corazón muerto de espanto cuando ésa mujer se fue de mi vida. Soy Víctor queriendo amarrar el deseo con la fe de que algún día ha de regresar el amor a mi corazón y me llamo como llamo o dejo de llamarme Víctor. Soy Víctor, el cual, con un error se fue de la vida amando como un loco a ésa mujer que me ha dejado abandonado. Soy Víctor, el cual, con dolor me ha dejado igual de abandonado que un cordero degollado. Soy Víctor, el cual, desea quemar esas cartas de amor en el alma y más en el solo corazón que con tanta razón se siente como el amor a toda costa. Soy Víctor destrozando el alma y más el solo corazón amando como nunca antes con un amor solitario y en la amarga soledad está éste solo corazón. Soy Víctor, el cual, con ímpetu te quiso amar mujer, pero, solo quedé y con tanta razón. Soy Víctor, el cual, te amó mujer. Soy Víctor, el cual, con tan sólo derribar el alma y la coraza del corazón, fingí en el alma y en el corazón una sola fuerza en esperanza en volver a tenerte, oh, mujer de mi alma. Soy Víctor y como víctima del amor o victimario del amor quedó por siempre en mi solo corazón tu solo amor como que el destino abrió brechas por amarte, pero, te fuiste de mi mundo, de mi solo amor y de mi solo corazón. Soy Víctor, el cual, rompió en llanto un solo amor con la pasión y la vehemencia carnal de ésa mujer conmigo. Soy Víctor, el cual, desea quemar éstas cartas llenas de amor y todo porque te fuiste lejos de mi alma y de mi corazón¨-. Víctor tomó todas las cartas del buró y las quiso quemar y todo por amar lo que más quiso en la vida y en el sólo corazón.
Víctor tomó entre sus manos las cartas del buró y las quiso quemar con fuerte descontrol. Víctor tomó una a una de esas cartas que contrajo del buró y después de haber leído quiso ser feliz por siempre quemando una a una de esas palabras escritas en verso en esas cartas llenas de amor. Víctor quiso desnudar a su corazón, pero, su corazón quedó totalmente destruído, insípido e inestable en el amor. Él tomó a esas cartas entre sus manos llenas de dolor por un corazón lleno de amor y quiso, por siempre, quemar a esas cartas llenas de dolor. Víctor tomó un cerillo del cajón y lo encendió. Víctor vio al fuego clandestino en el cerillo y quiso ser ese fuego fuerte, voraz, impetuoso y ardiente como el calor del infierno. Víctor quiso ser fuerte, pero, todo se opuso en su contra como el pasaje de ida sin regreso como la vida sin herida y como la fuerza en debilidad, pero, todo irrumpió en un cruel desatino y en un destino frío y tan friolero como haber sido sincero. La sinceridad para Víctor fue intrascendental e inocua cuando se petrificó la única espera inesperada en solventar la vida, la forma de atraer el alma al cuerpo quemando esas cartas escritas en verso por el amor de ésa mujer que amó con locura. Víctor quiso ser ese fuego, pero, el viento apagó el primer cerillo que encendió porque quiso quemar a esas cartas cuando sintió el desenlace cruel de un tiempo porque quiso ser feliz y cuando quiso ser feliz encendió el cerillo, pero, encendió su cuerpo, la habitación y su insistente corazón cuando en el albergue del corazón muere, de repente, incinerado dejando cenizas heladas en la habitación por una muerte súbita o muerte en el acto por incendiar a esas cartas llenas de amor por ésa mujer. Víctor, no solo quiso quemar a esas cartas sino por un error al quemar las cartas, quemó por completo su cuerpo, su habitación, su corazón y su alma. Víctor quedó enredado y entrelazado y cruzado entre aquél fuego clandestino que solapó su esencia, su cuerpo, su corazón y su alma dejando cenizas heladas esparcidas por su habitación de un torrente de malas sensaciones por aquellas pasiones indelebles escritas en verso en las cartas llenas de amor por ésa mujer. Víctor trató de huir del fuego, pero, el fuego lo devoró a mitad de un segundo. Víctor supo una cosa que al morir entre las cenizas heladas que el amor siempre deja cenizas como que el fuego clandestino es todo el amor que se forja en el corazón. Víctor, sólo, quiso quemar a esas cartas, pero, por un error con el fuego se quemó completo dejando cenizas heladas entre aquella habitación y su cuerpo. Víctor se aferró al fuego como se aferró a esas cartas llenas de amor cuando recordó en un instante de ira, de dolor y de compasión a ese amor decepcionado por una mujer. El corazón de Víctor fue forjado con amor, pero, no consintió la espera inesperada que el amor fue el amor y las cartas cartas llenas de amor cuando su corazón petrificado a esas cartas las sintió destruir, pero, con el fuego en su propio corazón. Víctor fue victimario por matar al amor quemando a las cartas de amor por un error al quemar a su propio corazón. Víctor fue victimario del amor cuando antes fue víctima del amor. La víctima corrió ser en un victimario del amor por querer matar al amor. Víctor dejó cenizas heladas en esa habitación cuando quemó a aquéllas cartas llenas de amor y fue victimario del amor porque víctima del amor fue antes de quemar a su propio corazón.
FIN