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José Hierro, la palabra que resistió

José Hierro, la palabra que resistió

 

Escribías con la ceniza aún tibia

en las manos,

con el frío de la celda

hecho verso

y la esperanza como una herida

que no deja de cantar.

 

No buscaste consuelo,

sino verdad.

No fingiste belleza,

la arrancaste del humo,

del barro,

de la sangre del mundo.

 

Decías: “Después de todo, todo ha sido nada,”,

y sin embargo tus palabras

siguen aquí,

como brasas bajo la lluvia,

como sombra fiel

que no se borra del alma.

 

Tú supiste que la alegría

puede doler más que la tristeza,

que el tiempo es una trampa

que nos enseña

a recordar lo que nunca fue del todo.

Poeta del hierro y la transparencia,

del abismo doméstico

y el amor que no se nombra

pero se tiende como una mano.

 

Fuiste piedra y fuiste música,

y tus versos aún golpean

como campanas

en los pasillos del corazón.

 

La memoria no te olvida

porque tú fuiste memoria:

la del que calló gritando,

la del que vivió escribiendo

para no morirse del todo.