Sofanor Bonilla Fournier

Decepción.

   Allí está la chica que yo quiero

sentada en un banco de la plaza,

  con solo verla mi ansiedad altero

al notar que por mi lado pasa.

 

 Pero hoy, quizás sea oportuno,

hablarle algo, decirle tantas cosas:

  que soy su admirador número uno,

¡mi corazón se agita, le traería rosas!

 

 ¡Sí que lo haré, ahora mismo vuelvo!

ya imagino su rostro y su sonrisa

  agradecida del presente que le ofrezco,

y su cabellera ondulante por la brisa.

 

  Vuelvo feliz, casi brincando de alegría,

ella no está, seguro anda comprando

  algún helado, por la canícula de hoy día,

sentadito mientras tanto, yo esperando.

 

 De pronto la veo, pero viene acompañada

de su hermana quizás, o de su madre

  que la trae de la cintura tomada,

y yo me peino, para estar más presentable.

 

 Se sientan frente a mí muy suavemente

mirándose con extraña picardía 

 ¡esto no puede ser! exclamo de repente:

cuando un beso se dan, quién lo diría.

 

 De rabia y vergüenza el ramo lanzó

tratando de asimilar tanta ironía ,

  de allí me alejo, con el paso manso

¡total qué más da, ni la quería¡

 

           (Chofa)