J M Labastida

Los Otros

Los Otros

 

I

Suspiros al aire de un cálido aliento

Lágrimas que un árbol hacen crecer

Música proveniente del olimpo

que resuena en medio del desierto

 

Bocas suturadas con cuerdas de guitarra,

y el corazón al ritmo de la tarola

Empuñando clavas, malabares con cimitarras,

debajo del destello de una luz de farola

 

Aquel lento eco en el soplido del viento,

de aquellos que ocultaron sus voces

En la sombra han vivido tanto tiempo;

entre heridas, decepciones, lamentos.

 

Víctimas de la inquieta calma,

su destino final; su Karma

Moradores, vagabundos del Dharma

Cualquier remedio para el alma

 

Aunque se dificulta el reto,

no temen a la vida ni a sus roces.

Intentando seguir de Dios el tempo;

combatiendo males pensamientos

 

Florecieron de un jardín inerte

Ocultan su llanto y se muestran fuertes

Se ganan la vida con el sudor de su frente

y por la noche bohemia moran de repente

 

II

Mis hermanos los jodidos, malditos, bastardos,

mal pagados, mal comidos, desvelados

Los que elevan la mirada siempre al cielo

y con los pies bien pegados al suelo;

siempre al margen, nunca aceptados

Rancios, roñosos, ácidos

Encienden una fogata en el hielo

y al derretirse emprenden el vuelo               

 

Siempre han estado entre nosotros

Quizá no los reconocemos

Es que guardan muy dentro

su llanto; y entre tanto,         

andando sobre vidrios rotos,

sangre y hiel delatan su rastro

Tanto vemos, poco entendemos

Son conocidos como: “los otros”