En medio de un camino incierto,
donde la esperanza flaqueaba, te encontré.
Eras un destello, una razón para no abandonar.
Desde entonces, habitas en mi mente,
como una melodía persistente.
La vida, caprichosa y sorprendente,
me dio otra oportunidad: sentirme feliz de nuevo.
Así que aquí estoy, pensando en ti,
agradeciendo por ese encuentro.
Quizás, en este instante, las estrellas también brillan,
celebrando nuestra historia en el vasto universo.