Luis Barreda Morán

Eres ….

Eres …

Eres el alba que besa mi ventana,
un susurro de luz que en el alma 
se planta,
la melodía que el viento desgrana,
una aurora sin fin, tibia y cercana.

Eres la huella del trigo en el campo,
el refugio que encuentro cuando 
me agotó,
la estrella que no pide cielo 
despejado,
solo brillo en mi pecho, callado y
constante.

Eres el mar que en calma se queda,
la luz que ilumina mi caminar,
eres la hoja que el viento 
me entrega
y el refugio fiel del lugar.

Eres el río que lava mis heridas,
la raíz que sostiene mis ramas 
dormidas,
el aroma del pan en la madrugada,
la canción que se alarga cuando no
hay palabras.

Eres tormenta y calma, trigo 
y espiga,
fuego que me cobija sin quemar 
la vida,
el sendero de arena que al mar
me guía,
y la ola que vuelve, fiel cada día.

Eres el nido del pájaro errante,
el silencio que abraza cuando duele
el aire, 
la semilla que crece en suelo inerte,
el puente entre mi cielo y mi tierra 
incierta.

Eres flor que nace en abril,
la lluvia que besa el trigal,
eres el verso que quiero escribir 
y la melodía que vibra en el aire.

Eres mapa que trazo al andar,
la luna que me enseña a navegar 
sin mar,
el sol que se esconde para volver a
alumbrar,
y la lluvia que siembra donde hay
que sanar.

Eres el rumbo cuando me pierdo,
la estrella que brilla en mi frente,
eres el vuelo de aquel primer sueño 
y el abrazo cálido de la corriente.

Eres el verso que nunca escribí,
la guitarra que suena aunque no
la oí,
el abrazo que cura sin pedir,
y el reloj que detiene el huir.

Eres el eco de un nombre en
la sierra,
la frazada de invierno que cubre 
la tierra,
la promesa del pan en la
mesa vacía,
y la chispa que enciende la
noche fría.

Eres el pan que alimenta el alma,
el fuego que en las noches 
me guarda,
eres el mapa que trazo con calma 
y la raíz que mi suelo abraza.

Eres la luna que alumbra mi huella,
el aroma del café en la mañana, 
eres la historia que juntos sellamos 
y la esperanza que nunca se apaga.

Eres el surco donde planto mi voz 
el roció que apaga mi sed sin razón,
el horizonte que nunca se va,
solo crece conmigo, amplio
y verdad.

Eres el vuelo y la rama a la vez, 
la marea que sabe volver después,
el jardín donde el tiempo no es,
solo aroma, solo paz, solo fe.

Eres …. lo simple, lo eterno, lo cierto,
el latido que en silencio habla,
eres el amor hecho universo 
y la razón por la que me levanto.

Eres el “siempre” en un
mundo fugaz,
la raíz y el fruto, el camino y
el hogar.
Algo así, algo más….eres tú,
mi eterno comenzar, mi razón 
de respirar.

iEres tu! Mi roca, mi espejo,
mi puerto,
el milagro que cada día renace,
eres el camino, el viaje, el
encuentro….
y en todo lo bueno, tu
siempre estás.

—-Luis Barreda/LAB