Para mí no era nada (pero lo era todo)
Sí, alimenté tu ego,
quizás el mío también.
Pero el mío era placer puro,
sensual, de aprendizaje,
de soñarte a piel rota,
profunda, sin esperas,
solo un intercambio,
como una hucha llena
que no mide lo que entrega.
Podías coger cuanto quisieras,
y aunque a veces fuiste infiel,
yo seguía recitándote miel
para cortarte la hiel
de tus propias sombras.
Dices que te di tanto,
que te quedaste agradecida,
pero en tu boca
eso suena a “no era para tanto”.
No caeré en esa trampa.
Yo no conté los versos.
Los hice con tu nombre dentro,
no para que me amaras más,
sino porque te sentía
viva en cada letra.
Y te lo dije:
“Para mí no es nada”,
pero lo era todo.
Porque si eso te gustaba,
imagina si tu cuerpo,
junto al mío, se expandiera.
¿Y si tu piel rodeara
la mía como un reflejo
compartido en el espejo?
Una verdad sin atajos,
una oportunidad real,
sin cabida para él.
Pero no será así.
El día 27 de este mes
lo compartirás con él,
como si no lo supieras,
como si no lo eligieras.
Pero es tu mente, tu cuerpo,
tu amor.
Así que deja de mentirte.
A mí.
A ti.
Una y otra vez.
Igualmente será para mí
Un cumpleaños feliz.