Un número no es sólo cifra o fila, es huella, es paso, es señal divina.
Entre papeles, trámites y espera, la PGU se asoma, promesa sincera.
Tres, seis, cuatro... camina el destino, en cada dígito, late un camino.
Ocho en el centro, fuerza encarnada, justicia que alcanza la jornada.
No es sólo ayuda, ni simple concesión, es un gesto de amparo, es reparación.
Para quien ha dado, para quien forjó, y ahora merece lo que tanto sembró.
Oh número firme, oh cifra esperada, que traes alivio en la madrugada.
Serás resolución, sustento, abrazo, un símbolo claro: aún queda paso.
Y mientras llega, seguimos en pie, con versos, coraje y mucha fe.