🇳🇮Samuel Dixon🇳🇮

Te extraño

 

Te extraño

Pasa el tiempo y no te olvido,
pasa y pasa; pasa el tiempo,
como lluvia, que se esfuma,
como crudo y fiel ejemplo,
y en mi mente enamorada,
cada día te recuerdo;
porque vives oh, Fabiola,
endulzando mis momentos.
Siempre estás en mí presente,
a cada instante te pienso:
porque desde el primer día
alumbraste tú en mi cielo .

Siempre miro yo tus fotos
y me culpo sin creerlo:
¿cómo pude desafiarte
si a tus labios ni di un beso?
Me conmueve mi amorcito,
me lastima verte lejos,
te lo juro me persigue;
me persigue y sin tropiezos
el querer mirar tu risa
como niños de colegio,
el hablar contigo historias
como hacía sin misterio
cuando enviaba algún mensaje
y decías, yo te quiero.

Confieso que tu belleza
es canción de lo perfecto:
tus ojos, tus dulces labios,
tu negro y largo cabello.
Es que tienes lo que busco,
lo que añoro y tanto sueño;
una niña cara de ángel
por la cual, tiembla mi pecho.
Eres dulce, encantadora
con un tierno y bello cuerpo,
y me atrevo hasta contar
que eres todo mi universo.
Eres toda mi esperanza,
la que abraza mi silencio:
mi motivo de escribir,
la que invade mi cerebro,
la que vive entre mis labios
cuando afirmo lo que puedo.

Eres tú, mujer de mi alma
la que borra mis pretextos,
la que dijo: sigue al frente
que el camino es primogénito.
Me contaste de mil cosas
y entre ellas fuiste al medio,
me enseñaste las razones,
que todo empieza de nuevo,
que el hombre es constructor
y de su vida un arquitecto.
Me mostraste la verdad,
me indicaste del estruendo
y hoy que escribo este romance,
leo y busco en mi cuaderno
aquel nombre del que un día,
de mi vida fuese el centro.
Mas, te digo que he encontrado
un enorme y gran deseo,
el que me hace que susurre
y persiga como un necio
la sonrisa de tu boca
que a mis ojos tiene ciego.
Eres tú mi gran tesoro
la grandeza de mi pueblo;
peridoto, gema, rosa
y diamantes, cuyo gremio
me alborota la locura
cuando pienso ser tan cuerdo,
yendo a un plano muy profundo
donde el gris se vuelve negro.

Hoy por hoy eres mi joya
mi maestra cuando duermo,
es, por tanto, que te digo,
sin ti, me siento incompleto.

                        Samuel Dixon