En la noche oscura, el cielo se viste,
con lunares brillantes que el viento persiste.
Puntos de luz danzan en el firmamento,
susurros de sueños, fragancias de aliento.
Cada lunar cuenta historias calladas,
de amores perdidos, de almas soñadas.
Bajo su brillo, los corazones laten,
tejiendo ilusiones que nunca desbaten.
La luna sonríe, cómplice y sabia,
en su manto estrellado, la esperanza labia.
Así, entre lunares, la vida se asienta,
en cada destello, una luz que se siente.