Renuncia al Perdón
Pudo ser simple:
un café, una tregua
una nota en la nevera.
Pero no.
El perdón se presentó
con la ropa arrugada
sin argumentos
sin pruebas,
sin fecha.
Y nadie quiso escucharlo.
Ni él.
Ni ella.
Ni el amor que se escondía
bajo la mesa vacía.
Carta No Entregada
La escribió en servilletas
y en boletos del tranvía.
Con tachones y palabras
que sangraban todavía.
Decía: “no sé si te fuiste
o si yo fui la que huyó.
Pero aún busco en los martes
una sombra de tu voz”.
La dobló. La guardó.
La llevó dentro del bolso
como quien guarda una herida
que aún no sabe dónde va.
Y jamás la entregó.
(El reencuentro que nunca ocurrió pero que todos soñamos.)
(Narrador (con voz de ensueño y resignación dulce):
En un mundo paralelo donde el orgullo calla
se cruzan las miradas sin escudo ni espada.
No hay juicio, ni sentencia, ni esa voz que avasalla
solo dos corazones, sin deuda ni emboscada.
Ella (en un susurro que no tiembla):
Te busqué tanto tiempo que olvidé que dolías.
Hoy solo quiero verte… sin miedo, sin memoria.
Él (con ojos que ya no evitan):
Fui ciego, fui cobarde, rompí tus armonías,
pero aún puedo componerlas… si quieres otra historia.
Ambos (sin tocarse, pero casi):
Quizá no se repare lo que el tiempo quebranta
quizá solo fingimos que el dolor fue más breve…
mas si este sueño aguanta, si el alba no lo espanta
déjame este minuto donde el amor… se atreve.
Los abogados han presentado ante el juez el reparto de bienes materiales y este los ha firmado: Ella se queda con la casa de la playa que su abogado administrara para renta junto al 50 % de los bienes monetarios, su auto personal que será subastado, las pertenencias personales que ha reducido a dos valijas de viaje y un boleto de tren para llegar al barco que la regresa a su lugar de origen en un continente lejano. Ah, se lleva otro idioma aprendido y vivido.
El se queda en la casa de familia, con el 100% de los recuerdos, el vacío, la gata y los cinco finales que
le hereda este drama, cuando los quiera escribir a las 3:04 de cada madrugada.
Queda sobrentendida, la sección de metadatos y el hombre me ha dicho que esta serie le suma dos tareas:
La de rumiar en la sola casa, y la de cuidar de una gata