No podría mentir cuando quiero seguir,
pero, sin embargo, siento que me hundo
sin siquiera haber embarcado
en lo profundo de la oscuridad
de la veracidad de mis deseos y fracasos.
No podría jurar,
ni prometer no retroceder,
en el atardecer de mis quejas y corajes
al arbitraje de las verdades
del sentido de sentir.