El aire que respiramos
en el telar de la pena,
imprescindibles los hilos,
la dorada luz que ingresa
y fractal se multiplica
donde se esconde la escena.
Cicatrices de las fotos
por un dolor que me quema
bajo la lumbre de un cuarto
del ambiente que recrea
aquel lamento a oscuras
enterrado en la conciencia.
¿No sé por qué fui a dormirme
en el cajón de una idea?
Es intangible esta bruma,
y las sombras me desvelan.
Permanezco en mi vigilia
aunque nadie lo comprenda:
quererse no es egoísmo,
porque lo que se ama queda.
Porque sé de qué se trata
transito lo que me encienda,
no importa dónde resida
guardo las horas resueltas.
Con la mirada distinta,
con un muro de silencios
de mármol y de certezas,
y con fortuna te pienso.
Dibujo una coartada
y me entrego a los recuerdos
enigmático el murmullo
que me repite estás lejos.
En senderos de amapolas
con espuma de deseos
viene tejiendo distancias
la distorsión del espejo.
José Luis Galarza (2024)