Por Humberto Frontado
Me cubre una falsa seguridad,
un manto suave que ahoga mi urgencia
me susurra que el ahora no es importante;
me envuelve en su tibia indolencia.
Me deslumbra un extenso tiempo,
un horizonte bordado de ficticia calma.
Prometo avanzar luego,
siempre luego,
mientras la sombra crece en mi delicia.
Una sublime pereza clava sus garras
por todo mi camino vertebral.
Me programa en un delirio en pausa,
es dueño inanimado de mi voluntad.
Sobran inverosímiles excusas que
como torpes ramas entorpecen el paso,
me cansan;
se interponen a la ansiada acción.
Te negaré hasta el cansancio,
…\"todavía hay tiempo suficiente\",
mientras la hora sigilosa
teje mi evidente derrota.
Lleno de una connotada ansiedad,
no me deslumbro con lo que me acecha.
Aciago, sin sigilo me entrego a él,
aunque su sombra mi pecho estrecha.
No es parte de mi estructura de miedo,
pero me abruma,
lo dejaré,
te dejaré,
¡Mañana te atiendo!
Universo digital de perenne distracción.
Ando campante por nubes blancas,
cargadas de irresponsabilidades.
Me abarca la tentación de hacer todo,
menos lo que tengo que hacer.
Presiento una futura complicación,
pero hoy prefiero no creer.
El tiempo es veloz,
no tiene compasión.
Caigo en cuenta que torcí el camino,
es tarde para correr.
El remordimiento es mi destino.
Una llamada
y tendré la presencia del ser querido,
solo eso.
Otra vez estoy vencido.
Prometo actuar… aunque no me crean.
18-05-2025