_Verano en Casa de los Abuelos_
Mi mamá dijo:
Este verano vamos donde los abuelos al campo.
Y yo grité:
¡Síiiiiiiiiiii!
Porque en la casa de los abuelos pasan cosas de película.
Antes de ir, empaco cosas importantes:
Mi cuaderno de dibujos.
Mi osito Caramelito.
Y mi lupa, por si hay pistas secretas (como el año pasado que encontré huellas de mapache. Aunque el abuelo dijo que eran de gato).
Cuando llegamos, la abuela me da un beso que suena como sopa caliente. Y el abuelo me dice:
¡Tú creciste otra sandía más!
Su jardín huele a verano. Hay lavanda, tomates, y gallinas que me miran como si supieran mi nombre.
La abuela hace mermelada de frutilla y pan que cruje.
El abuelo me deja conducir la manguera (¡salgo volando a veces!).
Por las tardes jugamos a la sombra del ciruelo. Yo cuento cuentos inventados.
El abuelo se ríe aunque no los entienda.
La abuela teje y dice:
Esta niña tiene estrellas en la cabeza.
Y yo le digo:
Es que aquí brillan más.
Mi plan de verano es este: Desayunar lento.
Buscar sapos.
Leer con el gato Copito encima. Ayudar a juntar huevos.
Y no dejar que el tiempo corra muy rápido.
Porque en la casa de los abuelos, el verano no tiene reloj.