SOLAMENTE UNA IDEA
Feliz de contemplar otro atardecer en Ciudad Juárez
mientras abundantes y espesísimas nubes
llegaban oscuras por el este, se amontonaban
amenazadoras y a punto de descargar, pero, al final,
no lo hicieron, sino que se alejaron deprisa
dejando igual de seca y de áspera la superficie,
como con fiebre por el calor acumulado
durante todo el día en el interior de las dunas
y de los promontorios
desprovisto de vegetación: porque todo aquello era
el desierto, más o menos poderoso y pujante.
Dejando la superficie intacta, como si nada,
el aparatoso fenómeno meteorológico
se deshizo como si hubiera cubierto el cielo
un símbolo falsamente premonitorio,
solamente una idea perturbadora,
un pronóstico espectacular.
Gaspar Jover Polo