Ya la envidia florece por montañas,
maquillando sonrisas amistosas
sacudiendo verdades pegajosas.
Susurró la gumía con lagañas.
Los secretos se funden en arañas,
que corrompen a llenas ya fogosas
al desahucio diezmero de sedosas
vanidosas mujeres, por guadañas.
Fetichistas criaturas desmantelan
a espantosos sedientos, morbosean
con soquetes versátiles que anhelan.
Las abejas ya frágiles babean
a los zorros astutos que encarcelan
a los cuervos cotorros, que aporrean.
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