Con un P20 en mano y visión afilada,
camina el poeta con calma templada.
No busca lujos, ni brillos fugaces,
prefiere lo útil, firme en sus bases.
Mientras otros corren tras la novedad, él navega en calma con dignidad.
Elige lo simple, lo que da sentido,
porque sabe bien cuánto ha recorrido.
No es falta de sueños ni de ambición, es saber que se puede con el corazón.
Suficiente es todo lo que lo acompaña, si hay paz en el alma y fe que no engaña.
Resiste el mercado y su tentación,
con inteligencia y firme razón.
Y en cada paso, sin ostentación,
demuestra que el alma vale más que el montón.