Tic tac, suena el reloj.
Tita se detuvo.
Las manecillas se mueven, pero mi mundo no.
Me siento atrapada.
Siento que no avanzo, que no corro,
y el tiempo —muy rápido— me alcanzó.
Y fue cruel.
Me mostró que todo en mi mundo está al revés.
Sí, porque aunque más corra, retrocedo.
No vuelo.
Solo quiero salir y correr,
verme a mí misma otra vez,
y ver cómo el tiempo corre... otra vez.
Tic tac. Suena el reloj.
Las manecillas corren.
Y yo...
Solo estoy yo.