Yo nunca pedí crecer con un corazón así, tan blando, tan lleno, tan fácil de herir. No pedí que doliera el amor en la piel, ni que el adiós supiera a papel sin leer.
No pedí sentir tanto por tan poco, ni llorar en silencio, ni romperme de a poco. Nunca quise cargar con ests tormenta que en cada latido se vuelve más lenta.
Mi corazón no es fuerte, es transparente, y duele más cuando nadie lo siente. Me enseñaron a callar lo que pesa, a sonreír aunque el alma tropieza.
Yo solo quería amar sin defensa, pero el mundo es punzante, y no piensa. Y aquí estoy, con este pecho cansado remendar los hilos que me han desgarrado.
Nunca pedí ser así de sincera, ni sangrar por dentro en un mundo de acero. Pero aún roto, aún tiemblo, aún insisto... porque este corazón, aunque frágil... existe.