No todo saco que vuela
se hizo a tu medida,
mas si sientes que incomoda,
es que la talla te queda.
Hay versos sin destinatario
que van flotando en la brisa,
pero hay quien mira de lado
y cree que lleva la prisa.
No todo aquel que responde
lo hace con causa sincera,
a veces muerde la lengua
quien teme que lo venciera.
Si el verso pica en el alma
quizá no es pura ficción,
el que se pone el abrigo
es quien siente el escozón.
No todo ruido es mensaje,
ni toda voz es verdad,
pero quien salta en la sombra
algo de culpa tendrá.
No es arte descalificar
cuando el verso no convence,
mas quien se siente aludido
es quien más pronto se ofende.
La alusión no tiene dueño,
vuela libre entre palabras,
pero hay quien busca etiquetas
y se las pone en la cara.
Señalar con dedo ajeno
no da fuerza ni razón,
quien señala sin mirarse
oculta su condición.
Hay quien se victimiza pronto
si no aplauden su poema,
mas quien canta desde el ego
lleva su herida que quema.
La hipocresía elegante
se disfraza de decoro,
pero el alma no se esconde
cuando se le cae el oro.
La maldad no siempre grita,
a veces susurra suave,
con palabras bien vestidas
y con puñal en la llave.