liocardo

POSTURAS ADVERSAS

POSTURAS ADVERSAS

 

 

Llegará tarde o temprano el gran momento

que se extinga esta contienda en la memoria.

Mientras tanto quien atienda haga el silencio,

porque aquí se da razón de triste historia:

 

En los tiempos en que hubieron varias razas,

eligieron cada una a un ser supremo,

dándoles la cualidad de portentoso

cada cual a aquel que más le puso esmero.

 

Se sintieron, aún así, necesitados

del mensaje, en la palabra de un ser vivo.

Señalaron al primer recién nacido

que del líder en mujer quedó engendrado.

 

Pasó entonces que entre hombres de coraza

defendieron la verdad de su elegido,

viendo en él la alta virtud del advenido

y en los otros condición de credo errada.

 

Y creció siendo adiestrado en este dogma:

—Hórizont, Nuestro Señor en ti ha nacido.

Tú serás para este pueblo el puro ungido

¡En tu nombre alcanzaremos la victoria!

 

Prometieron derrocar a los impíos

entre ofrendas, sacrificios y aquelarres.

Con la fuerza de la fe como estandarte,

atacar duro a los pueblos pervertidos.

 

Hasta la otra población les llegó el eco

de los planes de invasión en su enemigo.

Propusieron que debían hacer lo mismo

y a su jefe le encargaron un dios-niño.

 

Vértic-Aal era El Creador para esa aldea,

de postura contrapuesta a su adversario

Hórizont-Aal, que era un dios de renegados.

(Diferencia que obligaba a la pelea.)

 

Sucedió así la disputa que tramaron

entre aquel dios recostado y el erguido,

y en cuestiones de razón enarbolada

no quedó ningún mortal sin ser herido:

 

se elevó el humo fétido a los cielos

y cenizas recubrieron estas tierras.

Fue tan fiera, encarnizada, la batalla

que muy pocos esquivaron la refriega.

 

Observando el espantoso desenlace

los dichosos que fueron sobrevivientes,

decidieron entre ellos noble pacto

y evitar que aquel drama se repitiese.

 

Luego de este arduo combate tan fatal

se inventaron a un dios nuevo y diferente.

Ni de pie, ni de tumbado: Diagon-Aal

gobernó, dándoles paz ya para siempre.

 

 

(y colorín colorado, ¿este cuento se ha acabado?).