En el reflejo de tus pasos, se ve la fuerza callada, una luz que brilla constante, aunque la tormenta venga.
Tu alma, sabia y tranquila, danza entre sombras y sol, saborea cada instante, y en la lucha, encuentras paz.
No es el final lo que buscas, sino el valor de andar, de transformar cada obstáculo en un verso que elevar.
Eres semilla y viento, tierra fértil de sueños, quien, con sus manos firmes, siembra futuro en su ser.
El camino no siempre es recto, pero tú no temes, porque en cada desvío, encuentras tu voz más fuerte.
Tu poesía es puente, tu vida, un canto al viento, y en cada paso que das, el mundo sigue creciendo.